Crónicas Desquiciadas
en el XX Festival Internacional de Teatro Hispano 
Lili Renteria,  Marisol Calero, Jorge Hernández y Claudio Giudice
Dirección : Manuel Mendoza
Producción : Beatriz Urgelles

Para todo actor es gratificante y, por cierto, peligroso encontrarse solo en el
escenario y que todo el espectáculo dependa de él. Gratificante porque un
monólogo le permite mostrar su histrionismo y peligroso porque su hacer
puede poner a ese espectáculo por las nubes o arrojarlo al precipicio más
profundo.
Es, por lo tanto, muy tentador montar esta obra que consta de diez, que firmó
Indira Páez y que fuera premiada con el Premio Municipal de Teatro 2002 en
su Venezuela natal. Según ella misma declaró, es una escritora compulsiva y
seguramente es por eso que esta serie de monólogos que constituye
Crónicas Desquiciadas le va tan bien. Pero también es alguien a quien le
gusta reírse y contagia excelentemente
Todos sus personajes nos interesan, son definitivamente universales pues nos dejan algo,
una reflexión, una emoción, una verdad profunda que muchas veces no nos animaríamos
a decir ni en voz baja. Es, sin duda, una cronista de este tiempo. Sabe dibujar las
características de esas personalidades aberrantes, defectuosas y las expone sin tapujos.
En el prólogo de la obra, la autora libera al director de todo encasillamiento, dejándole
plena autoridad para ensamblarlos como le guste y en el orden que le guste. Y en esto
radica el éxito del director Manuel Mendoza. Consigue un dinamismo que va “in
crescendo” gracias a la disposiciónque hace de los monólogos en la obra y los
movimientos que imprime a los enlaces o conexión “inter-monólogos”. Arma un ballet
con elementos sencillos: caminata de los actores o idas y venidas con sillas giratorias,
mesas, carritos, objetos que actúan como introducción a cada uno de ellos.
Es  particularmente emotivo el de la pareja que va a separarse junto a la segunda que canta al amor, un doble dúo entre la
palabra y el canto bellamente interpretados, la primera por Renteria y Giudice y la segunda por Calero y Hernández.
Excelente su diseño de luces.
Apoyando las primeras frases de esta opinión los cuatros actores muestran meticulosidad y excelencia en sus
composiciones. Lili Renteria logra un verdadero monstruo en el monólogo de la maternidad. Claudio Giudice juega con las
vísceras a ese pastor que paradójicamente odia todo lo que existe en este mundo. Jorge Hernández articula
maravillosamente al marido infiel y Marisol Calero muestra nuevamente su vena de gran comediante no sólo como la
operadora telefónica insatisfecha sino también como la mujer que vomita.
Claudio Giudice
Marisol Calero
Jorge Hernández
Divertida la escenografia de Mendoza y Urgelles, interesante el vestuario y agradable la música de Hidalgo y Ortiz.
Sin lugar a dudas, un pueblo capaz de reírse de sus propios defectos es un pueblo inteligente y en este espejo nos miramos
unos y otros.
Propuesta lograda y divertida que continúa sus presentaciones después del Festival por tres semanas durante el mes de
julio.

Arlequín

Canción Breve para un Ciudad Frágil
            de Críspulo Torres 
Mónica Camacho, Amanda Rodríguez
Jaime Enrique Torres, Críspulo Torres
Dirección Críspulo Torres
El Teatro Estudio Calarca-Tecal presentó esta obra en el marco del XX Festival
Internacional Hispánico que se viene cumpliendo en Miami. Pocas veces un título
ha ilustrado con mayor perfección el contexto de una propuesta teatral.
En una ciudad, que en este caso es Bogotá, sus habitantes van y vienen repitiendo
como letanía las mismas frases formando una melodía inquietante, esa melodía que
anuncia su fragilidad. A partir de allí se suceden cuatro historias que ilustran la vida
y los personajes de esa ciudad en distintas épocas con un tema común: el amor.
Haciendo mentalmente una revisión de la obra de manera integral, se hace difícil  indicar
cuál de los episodios resulta el más logrado. Cada uno tiene un interés particular y una
gran ternura. En este sentido cabe resaltar el de La Sombrerona, una mujer que enloqueció
por amor, cuando su amante desapareció en la llamada Guerra de los Mil Días, en los años
30. El más divertido, tal vez, es el que se sitúa en el año 55 cuando la radio ocupaba un lugar
de privilegio en las casas y en la imaginación de las amas de casa. Sus voces enamoraban
locamente al oyente y en este caso la protagonista, casada con un hombre que solamente
piensa en ser un buen servidor del poder dictatorial de turno, siente demasiado su soledad.
El tercer episodio, situado en la época actual, cuenta la historia de una muchacha que acude
a una biblioteca pues investiga historias relativas al amor.Y allí está el bibliotecario. En un
diálogo agudo y de gran humor vemos como esta pareja se enamora y se desenamora en
cinco minutos. Y el cuarto se basa en una historia de 1816, conocida como La Patria Boba,
cuando un presidente, Custodio Rovira, fue capturado por amor.
Diálogos ágiles, quebrados, absurdos y de gran humor, jugados por excelentes  actores.
Todos. Puesta muy precisa que dio momentos desopilantes como la personificación de la
radio. Muy interesante el cuadro final en la que los actores se mimetizan con los lienzos
que representan la gran urbe, como si ésta, literalmente, se los tragara.
¡Una vez más, buen teatro!

Arlequín




de Marta Betoldi 
Con Marta Betoldi y Laura Azcurra
Dirección: Mario Pasik
     Se estrenó en Miami, en el marco del XX Festival Internacional Hispánico, la obra Contracciones,
una propuesta que vino de Argentina, con autoría de Marta Betoldi.
    Quizás sea difícil explicar con justeza esta obra que muestra a dos mujeres que tienen muchos
puntos en común sin haberse visto jamás. Además de estar embarazadas, ambas deciden contar a la
hija que están gestando sus emociones, sus sensaciones, ese amor infinito que sienten por ella a
través del tiempo y del espacio.
Una es Andrea, Laura la otra y la relación entre ambas se establece por coincidencias, impresiones
y premoniciones.
     Esta obra se inspira en hechos reales ocurridos en la Argentina de los ’70 que llevaron a
tantos hijos de madres cautivas y desaparecidas luego, a resolver, a tientas, sus respectivos
problemas de identidad.
    Son monólogos simétricos en estilo epistolar que se entrecruzan para descubrirnos quién es
Laura, quién es Andrea y cuál es la verdad que, en realidad, las une.
    Con una total economía de elementos: apenas dos columpios, un lienzo blanco, un cazador
de sueños con sus trozos de espejo que se mecen suspendidos en el aire y que son el emblema
de los sueños e ilusiones del futuro de Andrea que ya no será, una caja
de madera y dos ropitas de bebé como únicos recursos lúdicos teatrales, estas dos
mujeres van revelando un texto de una belleza increíble; por su vocabulario simple,
divertido al comienzo, sumamente profundo cuando avanza; por su musicalidad;
por el impacto emocional que produce. Hubiera podido ser un caótico melodrama
pero Contracciones es una obra visceral y, como tal, escapa a todo análisis que la
volvería fría, como un cadáver.
Por el contrario, éste, es un texto que vive, que deja de ser político para relatar una
cuestión humana y universal y justifica sus numerosas puestas en Francia, España,
Inglaterra y México.
Bella la interpretación de la Andrea de Marta Betoldi también autora de esta obra. Bella la interpretación de Laura
Azcurra como Laura. Bella la dirección de Mario Pasik.
Por eso, hago extensivas para resumir las palabras de un productor venezolano, quien dijo: “Una clase de teatro
magistral."

Arlequín

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