Hablemos de ...
Buenos Aires, sábado 10 de Septiembre de 2005 A la Comunidad Teatral De mi consideración: |
El día viernes 9 leí con estupor, en el suplemento de espectáculos del diario LA NACION , la noticia de la eliminación a las ternas de los Premios ACE 2004-2005, de las dos obras donde figura el nombre de Alejandro Ullua y él mismo como artista, así como mi separación de la Comisión Directiva y aparentemente de la entidad, por supuesta conducta antiética en la votación para la elección de los nominados al estar involucrado en esas propuestas escénicas y haber votado en esos rubros. Hasta el momento, la Comisión Directiva de ACE no me hizo conocer el comunicado que menciona el matutino, es decir que me puse al tanto de semejante decisión a través de un medio público, hecho que en principio resulta tan desprolijo como la falta que se me adjudica, solo que utilizando mi nombre de manera difamatoria. El estatuto de la entidad, en ninguno de sus artículos, especifica la prohibición a los socios de colaborar o pertenecer al staff de un espectáculo, de forma directa o indirecta. Mucho menos, que los mismos deban abstenerse de votar esas ternas. Por lo tanto, mi proceder siguió la práctica habitual que viene desarrollando la entidad en sus votaciones, desde sus inicios. De hecho, el mail particular de otro miembro de la Comisión Directiva figura como encargado de prensa en el programa de mano de un espectáculo nominado este año para el rubro de café concert. O el caso de un pariente directo de una socia, también con cargo directivo, que desempeñó la misma función en un espectáculo multipremiado en temporadas anteriores, y en otro que actualmente está ternado. El justificativo podría ser “ me abstuve de votar en esas ternas ”, pero a la luz de la medida que tomaron, esa respuesta ¿es válida o suficiente? Quiero decir, la ética parece tener límites difusos según sea el socio que la esgrima. Como bien señala el artículo, mi nombre y apellido figuraban en el programa de mano de las obras ahora desechadas, o sea que en ningún momento oculté al resto de los socios, y sobre todo, a la comunidad teatral, mi estrecha relación con los espectáculos de Ullua. Soy parte del jurado de ACE, desde los últimos diez años, y en ese lapso, Ullua, que lleva doce de actividad, sólo tuvo postuladas sus creaciones en dos ocasiones anteriores: con la obra “Monólogos de la reina”, que en la entrega de la temporada 2002-2003, obtuvo cinco nominaciones, y conquistó un premio, el de mejor actriz en espectáculo de teatro off; y “Canciones de Cabaret”, que en el período 1996-1997, ganó cinco premios, (paradójicamente, la promoción de este último fue realizada por otra socia de ACE). En ambos casos, mi nombre aparecía como productor ejecutivo. Por un lado pregunto, ¿en aquellas épocas, sí resultó ético mi proceder, pero esta vez no? ¿Debía ocultar el vínculo que me une a Ullua, escudado en otro nombre u omitiéndolo directamente? ¿Eso no sería hipocresía? Por el otro, yendo más lejos, hizo falta la consulta de un medio gráfico, o recurrir al mismo, para evaluar mi voto individual antes de dar a conocer las nominaciones. ¿Por qué no se lo analizó en el momento del recuento de votos? ¿No existen una comisión fiscalizadora y una comisión de ética? ¿Fueron convocadas para el escrutinio o para resolver esta situación? Es decir, quiero entender que las propuestas escénicas de Ullua fueron atendidas como relevantes por sus valores artísticos y bajo la decisión de una mayoría de socios. Y al estar ACE compuesto por casi 40 miembros, no creo que mi eventual labor (por cierto, ad honorem en los dos espectáculos cuestionados) o mi voto definan la incorporación de Ullua u otro artista o espectáculo. La extrema decisión de eliminar de la competencia las propuestas encausadas por Ullua, que en realidad, no lo representan a él solo sino a un grupo de numerosos actores y técnicos que participaron en las mismas; en un caso, gente consagrada o popular, y en el otro, jóvenes emergentes, que reciben desconcertados una decisión sin acercarles una explicación más que la que se deduce por la lectura sorpresiva del artículo mencionado; resulta, a todas luces, un castigo indirecto e injusto, por algo que se me atribuye individualmente como socio. Si no entiendo mal, cuando a “Hipólito y Fedra” se la incluyó en el rubro Drama se habla del conjunto artístico: actuación, puesta, vestuario, iluminación, etc. ¿o se buscaba premiar a Eurípides, Racine y Ullua? Y con respecto a “Estación ensueño” en Café Concert, ¿se destacaba a Ullua o al conjunto de actores y técnicos que participan de la propuesta? Si la idea era dar un ejemplo salomónico al erradicar los espectáculos donde colaboré ¿por qué se mantienen las nominaciones de los sobresalientes y talentosos actores Perla Santalla, Ramiro Blas y Celeste Cid?¿No es fácil prever que, a la luz de los acontecimientos, tendrán una clara desventaja enfrente de los colegas donde comparten las ternas? En tal caso, ya que aun se está a tiempo de reparar este error ante la comunidad teatral, me atrevo a apelar al sentido común de los socios para rever esta medida que sienta el precedente de vulnerar la decisión mayoritaria de los que votaron por esos espectáculos y la ilusión de un grupo de artistas, a quienes se les podría devolverla con una simple y justa restitución de las nominaciones. En el estatuto reza la siguiente frase “ La Asamblea de asociados es el órgano social que representa la autoridad máxima de la entidad y en la cual descansa la voluntad soberana de la Asociación. Sus decisiones, en tanto se encuadren dentro del Orden del Día y se ajusten a las pertinentes formalidades estatutarias, son válidas y obligatorias para todos los asociados .” (Art. 29°). En otro orden, al no tener una comunicación oficial de la Comisión Directiva , no sé cuál es mi postura dentro de la entidad. Leí en el estatuto que en caso de sanción o expulsión de un miembro, debería realizarse una reunión con la presencia y aprobación de la mayoría absoluta de la Comisión Directiva , comunicarle al socio las razones, darle el derecho de defensa y tener quince días para apelarla en el contexto de una asamblea, también mayoritaria. (Art. 12°) Todo lleva a concluir que ACE debería generar una reglamentación más específica en las votaciones, lo que me parece correcto. Sin embargo, es cuestionable que para comenzar demonicen mi nombre, revelando públicamente aspectos internos de la institución como lo es un voto, y no atiendan otras situaciones como las que mencioné al principio, que según los parámetros que revela ahora la Comisión Directiva en medios masivos, también constituyen irregularidades. Como dice el popular refrán “los trapos sucios se lavan en casa”, pero no fue así. Sobre todo en este caso que se trata de una institución privada. Finalmente, debo expresar que lamento que la Comisión Directiva de ACE no haya buscado una solución consensuada con el resto de los miembros, sobre un socio que hasta ahora mantuvo un perfil bajo, discreto y voluntarioso con la entidad. Basta mencionar que en los últimos años fui el responsable principal de confeccionar, lo más minuciosamente posible, el frondoso ayuda memoria que se utiliza para votar (supervisado por la fallecida Nina Cortese y la última vez por Nora Lafon), y busqué integrar cronistas de valía, para continuar garantizando la pluralidad de ideas, invitando personalmente a participar a colegas que son asiduos asistentes al teatro. En fin, me despido de todos Uds. con suma tristeza, lamentando profundamente que ACE se haya hecho eco de las denuncias anónimas y dañinas que circulan estos días, y que se haya sometido al interrogatorio de un cronista a todas luces malintencionado, ya que al momento de redactarse la nota para el diario La Nación , yo no fui requerido para ofrecer mi versión de los hechos. Algo primordial cuando se trata de periodismo de investigación. Deseo que este episodio personal sirva para que en el futuro próximo ACE, que ahora enfrenta una nueva elección de autoridades, facilite a todos los integrantes una copia del estatuto, discuta mayoritariamente decisiones significativas y realice los escrutinios con la presencia de los integrantes de la Comisión Fiscalizadora y la de Ética, según estipula la reglamentación, para que eviten los errores posteriores; finalmente, que el horizonte de honrar el buen teatro, que ofrece cada temporada la ciudad, no se pierda por la premura de castigar a alguien bienintencionado. Los saludo atte. Jorge Montiel ......................................................................................................................................................................................... Cuando nos llegó esta carta de Jorge Montiel no entendíamos mucho. Con Rita y con Katrina, pero sin Catriel que nos llevará lejos en su caballo grácil y ligero, nuestra mente estaba tan ocupada en guardar nuestras vidas y nuestros bienes que las noticias de los diarios más leídos de países europeos, latinoamericanos y locales que pueblan nuestras mañanas de periodistas amanecidos, quedaron olvidados. Por eso debimos investigar. Esta es nuestra conclusión: Lo que leímos en La Nación nos pareció, efectivamente, una nota mal intencionada que traducía sentimientos que pululan desgraciadamente en este mundo, fruto de gente abarrotada de pecados capitales y que por ser “capitales”nadie parece querer hacer el esfuerzo de abandonarlos o mutarlos y cambiar de alguna manera este mundo con un trabajo personal que transforma lo malo en bueno o mejor. El haber podido ver los primeros trabajos de Alejandro Ullua me permitió no asombrarme en lo más mínimo de que ese director teatral hubiera obtenido tantas nominaciones y premios por los más recientes. Siempre lo suyo tuvo un “touch” diferente no sólo en la temática sino en el tratamiento, resultando espectáculos exquisitos, a los que por otra parte, nos tiene acostumbrado el verdadero clan artístico (en la mayor acepción del epíteto) argentino que cuando se pone a hacer teatro de elite, lo logra plenamente. Y sino ahí están para demostrarlo tantos directores argentinos que pueblan Europa y toda América, como los Lavelli o los Tubert, para nombrar sólo dos. No nos pareció un proceder muy ético en efecto. Claro que hoy la ética ya no es materia en las escuelas argentinas. Tampoco nos pareció generoso hacia ese conjunto de actores recién llegados que tienen, como hemos tenido todos, la esperanza de mostrarse y confían en el espectáculo que están haciendo, orgullosos de él y de quien lo concibió. Tampoco es generoso hacia los consagrados que aunque les hayan dado el premio consuelo de transformarlos en electores, nada es más lindo que concursar con legitimidad. Contestando al periodista A. Cruz me pregunto si en algún lugar del mundo los que premian están siempre libres de culpa y cargo. En principio si los candidatos no son presentados por alguien, ¿las comisiones se enteran per se de los candidatables? Confío más en una presentación directa y que no se paga, al contrario de lo que ocurre en muchas ciudades del primer mundo. Nuestro magazine quiere restaurar la belleza intrínseca del teatro. Los sentimientos nobles de admiración, amistad, de camaradería sana de actores entre sí y entre público y actores, que existen, Dios sea loado, más allá de vanidades, celos y envidias. Y ya sabemos, después de todo, lo que alguien dijo alguna vez: “los críticos son en su mayoría actores frustrados”. ¿Habrá sido éste el destino del periodista en cuestión? |
- El Caso Montiel -
Consternados, nos enteramos por una nota del diario La Nación , firmada por A. Cruz, de una denuncia contra el comportamiento ético de un colega, Jorge Montiel, a quien el denunciante juzga incurso en incompatibilidad por ser miembro del consejo directivo de ACE y productor y/o asesor de dos espectáculos, dirigidos por Alejandro Ullúa, incluídos en las ternas de premios de la entidad. El presidente y la vicepresidenta de ACE resolvieron, en vista de las circunstancias, separar a Montiel de su cargo y retirar de las ternas los espectáculos de Ullúa; no así a los actores de éstos, que también figuran como candidatos a premios en algunos rubros. Tanto en la nota periodística como en la decisión de las autoridades de ACE, se observa, ante todo, la ausencia de la voz del inculpado. En el primer caso, los profesionales tenemos la obligación ética – insoslayable – de, como suele decirse, dar a conocer el son de las dos campanas. Al parecer, según nos confió la vicepresidenta de ACE, A. Cruz habría impuesto un plazo impostergable para publicar la nota, y Montiel no habría respondido a los llamados telefónicos que se le hicieron para anoticiarlo de esa urgencia. Los acontecimientos transcurrieron en un fin de semana; Montiel arguye que no estaba en su casa entonces, lo cual parece bastante lógico. Ahora bien: ¿por qué tamaña urgencia? ¿No podía el diario postergar la publicación de la nota hasta comunicarse con Montiel, como correspondía? El lector responsable debe de haberse planteado la duda. Las autoridades de ACE optaron por plegarse a la exigencia, acaso preocupados por la sospecha de corrupción que emanaba de la denuncia. Pasaron por alto un hecho simple y evidente: en los estatutos de ACE no se prohibe a sus asociados ser productores o agentes de prensa de espectáculos. Algunos de nuestros colegas, miembros de ACE, ejercen esas funciones, sin que hasta ahora surgieran denuncias al respecto. Aunque legos en la materia, creemos firmemente en el principio constitucional según el cual nadie está obligado a hacer lo que la ley no prevé, ni puede ser juzgado por no hacerlo. Quienes se consideran capaces de juzgar al prójimo pueden aplicar, en un caso como este, estrictos criterios morales (o moralistas) para condenar al que, en una elección cualquiera, se elige a sí mismo. Pero se tratará siempre de una reacción subjetiva, individual, personal, que no debería asumirse como la opinión colectiva de un cuerpo. El estatuto de ACE determina, en efecto, que un miembro no podrá ser separado de la entidad sino por decisión de un porcentaje determinado de sus iguales reunidos en asamblea. Este requisito no se ha cumplido en el caso de Montiel. Aunque desconocemos los términos exactos de la denuncia, su autor, además, parte de una equivocación: parece creer que la comisión directiva otorga los premios, y por eso cuestiona a Montiel. En cambio, los premios se otorgan democráticamente por el voto (que debería ser secreto) de los socios. Todas estas consideraciones me llevan a pensar que se ha procedido en forma apresurada, sin la suficiente reflexión, bajo una carga emocional provocada por la índole del asunto (posible corrupción) y la exigencia (que me parece inaceptable) de una veloz aclaración. ¿Qué se ha ganado con ello, si de todas maneras la nota se publicaría, tarde o temprano? Porque no me cabe duda de que debía publicarse, como servicio al lector, que para eso estamos; pero no como se hizo. Rectificar lo resuelto y volver a fojas cero, me parece la salida más honorable – aunque tal vez dolorosa para algunos – de esta situación, basada sobre equívocos varios. ERNESTO SCHOO, DNI 4.220.981 |
- Corina Harry en Café Homero -
Palermo Viejo. Barrio bohemio de Buenos Aires, con su estilo particular de casas antiguas, calles arboladas y empedradas. Barrio bohemio que abriga, al norte, cantidad de estudios de TV, Cine y Publicidad que lo bautiza como Palermo-Hollywood y al sur, Palermo-Soho, por el parecido con los barrios neoyorquinos de Soho y el Village, donde habitan artistas, designers y cafés. |
Es allí donde se encuentra el Café Homero , un nombre en honor a Homero Manzi, el autor de tantos tangos cuya belleza fue realzada por la interpretación de las figuras más grandes: Goyeneche, Rufino, Stampone, Eladia Blázquez, Raúl Lavié, Horacio Ferrer, entre otros. Un café cuya madrina es también puro sinónimo de tango: Susana Rinaldi. Declarado de interés turístico y cultural por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, merece una visita. |
Fue en el Café Homero donde pude escuchar a Corina Harry , una voz personal, cálida, bien timbrada, mórbida por momentos, abordó dos géneros diferentes y exquisitos: el género francés con esas canciones que Edith Piaf hizo famosas: Sous le ciel de Paris, La vie en rose, Milord, Emporte-moi (algunas de su CD Homenaje a Edith Piaf que le valió el Premio Bamba) y tangos: Los pájaros perdidos, Volver, Como dos extraños, Milonga sentimental y Que vachaché. |
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Pero su trabajo es continuo. En febrero de este año protagonizó Maria de Buenos Aires, la ópera-tango de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer, en Alburquerque, Nuevo México, USA, contratada por The National Hispanic Cultura Center. En el año 2003, puso en escena en el Teatro Regina de Buenos Aires la comedia musical El Caballero de la Armadura Oxidada del norteamericano Robert Fisher en estreno mundial con el auspicio de la Secretaria de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Dirección General de Enseñanza de Gestión Privada. En diciembre presentará en sociedad su propia orquesta antes de su partida a San Diego y Los Ángeles donde actuará junto a su orquesta y reconocidos interpretes del tango. Sin duda, un nombre para seguir su trayectoria. |
Graciela Sosa Corresponsal en Buenos Aires.
- CEE Miami -
El Centro Cultural Español de Miami presenta un programa interesante a lo largo de todo el mes de octubre. El miércoles 5, 8 pm, el tenor español Aurelio Gabaldón Gutiérrez , discípulo de Alfredo Kraus, y el pianista cubano José Ignacio Díaz-Gravier ofrecerán un concierto de ópera con entrada libre y gratuita. El viernes 7, 8 pm, se inaugura una muestra con 40 obras de artistas hispanos con problemas de discapacidad psíquica, cuyo título es “ Nuevos horizontes en el arte outsider hispano” . Con motivo de la exposición tendrán lugar una serie de actividades paralelas: El psiquíatra de adolescentes y niños y profesor adjunto de Psiquiatría y Pediatría de la Facultad de Medicina Miller de Miami, Daniel Castellanos hablará “Sobre el autismo y el arte de los enfermos mentales.” Daniel Viera , artista multimedia y curador hará una visita guiada por la exposición. La cita es el martes 11, 8 pm. Entrada gratuita. Pedro José Lavado , Doctor en Historia del Arte y director del Museo Regional de Murcia dará una charla cuyo título es “Mi pie y yo” sobre el arte outsider. El jueves 27, 8 pm. Entrada gratuita. Todas estas actividades serán en español. El jueves 20, 8 pm, Erwin Pérez coordina el ciclo “Música y Aparte” con Fiesta de la Hispanidad. |
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